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José Carlos La Chira

Publicado: 2015-01-27

PUBLICADO: 2014-05-10 

Que el Amauta no conoció a su padre, todos lo sabemos. Que fue abandonado por él al igual que sus hermanos Guillermina y Julio César y su madre María Amalia La Chira Ballejos y que se trató de un padre huidizo de quien José Carlos nunca tuvo señales claras, no es novedad. 

¿Cómo sería la madre de alguien como el autor de “7 Ensayos de la Realidad Peruana”?, Aprovechemos la coyuntura del Día de la Madre para acercarnos a la persona que dio la vida, cuidó y alimentó al pequeño José Carlos, en un momento especial para el país y el mundo.

Doña María Amalia Lachira, no obstante haberse casado con el padre de José Carlos, bien podría haber pasado por madre soltera ya que en la práctica lo fue.

El período entre 1850 y 1920, fue el de la estabilización económica y política en el Perú después de los sucesos de la Independencia de España y de la Guerra con Chile.

La euforia de la Bell Epoque, que se vivía en los países industrializados, tenía en el Perú, a la clase dominante (“pero no dirigente”) como su más disciplinado seguidor en América Latina. Había que parecerse a París. El proletariado, por su lado había conseguido abrirse camino y algunas de sus demandas también.

Eran días de fin y de inicio de siglo. La “república aristocrática”, estaba en su apogeo y nuevos actores sociales hacían su irrupción: el indigenismo, el anarquismo, el socialismo, la mujer.

Esta euforia, sin embargo, no significó mejora para los más pobres. A inicios del siglo XX, dos tercios de los niños de Lima eran “ilegítimos” [1], es decir había una enorme cantidad de madres solteras.

A pesar que varias voces femeninas se hacían un espacio en la ciencia, la literatura, el periodismo y el sindicalismo, todavía eran tiempos difíciles para las mujeres, las madres solteras no sólo no eran “bien vistas”, sino que eran estigmatizadas por el statu quo. Quizá por eso al trasladarse a Moquegua, la madre de José Carlos, se hizo pasar por viuda. Cabe anotar que Francisco Javier Mariátegui, nunca firmó al Amauta.

Los oficios que podía desarrollar una mujer pobre esos días, era los de obrera, lavandera y principalmente costurera. En 1876 hubo en Lima 1.461 costureras y hacia 1908, 7.021[2]. El pequeño José Carlos y sus hermanos, se alimentaron del esfuerzo poco remunerado de una costurera.

Siendo así las cosas y sabiendo que fue el tío (hermano de María Amalia La Chira) la figura paterna del autor de los 7 Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana ¿Qué de Mariátegui tenía José Carlos? El apellido.

Luego del accidente que lo dejaría mal de una pierna y que fue la causa para que abandonara el colegio, su educación en casa queda a cargo de su madre y hermana. Años más tarde, María Amalia La Chira, es autora de un hecho trascendente para la aparición del Amauta, fue ella quien “conversa con un conocido suyo” para que José Carlos pudiera trabajar como ayudante en el periódico que será para él, la puerta de ingreso al periodismo y a la política.

Según el INEI, en el Perú de hoy, 7 de cada 100 madres (que van desde los 12 años de edad) son solteras. Significando casi medio millón de peruanas a cargo de la alimentación, educación y cuidado de futuros ciudadanos, constituyendo todavía ese sector de la población altamente vulnerable. Sin embargo, no se encuentran consideradas como tal en la legislación sobre poblaciones vulnerables, lo que da cuenta de la persistencia de un Estado indiferente y alejado del día a día de sus ciudadanas.


Escrito por

Yorka Gamarra

Abogada, periodista. Consultora en prevención, gestión y transformación de conflictos sociales.


Publicado en

yorkagamarra

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